Huellas

jueves, 11 de junio de 2009

Ingerir en ayunas

PROSPECTO
Soy un ansiolítico.
Actúo en casa,
hago efecto en la oficina,
me presento a los exámenes,
comparezco ante los tribunales,
reparo tacitas rotas.
No tienes más que ingerirme,
ponme debajo de la lengua,
no tienes más que tragarme,
con un sorbo de agua basta.
Sé enfrentarme a la desgracia,
soportar malas noticias,
paliar la injusticia,
llenar de luz el vacío de Dios,
elegir un sombrero de luto que favorezca.
¿A qué esperas?,
confía en la piedad química.
Todavía eres un hombre/una mujer joven,
debes seguir en la brecha.
¿Quién dice
que vivir requiere valor?
Dame tu abismo,
lo acolcharé de sueño,
me estarás para siempre agradecido/agradecida
por las patas sobre las que caer de patas.
Véndeme tu alma.
No te saldrá otro comprador.
No existe ningún otro diablo.

Si acaso, Wislawa Szymborska
Receta original: Diario de lecturas de Eugenio Sánchez Bravo


- Este poema es un medicamento.
- Lea detenidamente las instrucciones de uso (y disfrute).
- En caso de duda consulte con su farmacéutico o proveedor de confianza.

3 Motivaciones:

Sótano dijo...

Mecachis: "Dame tu abismo.." sólo eso ya me , me..., me...me paso a tus ansiolíticos.

Anónimo dijo...

Tendré que leer bien las instrucciones de uso, sí, porque no sé cómo tomarlo...

Alicia Abatilli dijo...

Este ansiolítico debería no "ingerirse en ayunas".
Para no quedar temblando.
Un abrazo.
Alicia

Publicar un comentario